
Como británica, no aprendí nada sobre la revolución que llevó a la independencia de EE.UU. en la escuela. Pero mis hijos crecieron en Estados Unidos, y ellos sí lo hicieron. Y me di cuenta de que, mientras que otro gran conflicto como la Guerra Civil se suele retratar con toda su violencia y crueldad, las historias de la independencia se centran en el heroísmo.