Consenso Anti-Cambio Climático: Científicos italianos aseguran que el Calentamiento Global no es generado por el hombre

Grandes científicos italianos publicaron una carta con casi 100 firmantes que desmienten el supuesto conseso sobre el cambio climático antropogénico.

Mundo 23/01/2023 Editor Editor

Un grupo de 83 renombrados científicos italianos publicaron una carta el pasado 11 de enero asegurando que la evidencia científica demuestra que el cambio climático y el calentamiento global existen, pero no tiene asidero en la acción humana si no que los cambios de temperatura significativos son procesos naturales.

En las últimas décadas, se comprobó que la superficie de la Tierra ha aumentado aproximadamente 0,9 °C desde 1850 hasta la fecha, y se formuló la hipótesis que es algo anormal y se debe a actividades humanas, en particular a las excesivas emisiones de CO2 procedentes del uso de combustibles fósiles.

Esta hipótesis ha sido apodada como el “consenso científico” por revistas especializadas y por divulgadores, pero como asegura este grupo de científicos italianos, lejos está de haber un consenso, y no hay ninguna evidencia concreta que haya probado, hasta la fecha, esta argumentación.

Recientemente esta tesis recibió el titulo de Calentamiento Global Antropogénico en la academia y es activamente promovida por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC) de las Naciones Unidas, el cual asegura que los cambios ambientales generarán catástrofes en un futuro próximo, haciendo del planeta inhabitable.

Esto ha llevado a naciones de todo el mundo crear ministerios y masivos presupuestos para introducir medidas que reduzcan por la fuerza la emisión de gases de efecto invernadero. Estas medidas han probado ser extremadamente duras contra las economías, y han profundizado las crisis en todo el mundo, los casos más reciente siendo en Sri Lanka o en Holanda.

  

Sin embargo, el origen antropogénico del calentamiento global es una conjetura no probada, deducida únicamente de ciertos modelos climáticos, es decir, de programas informáticos complejos que estiman ciertos patrones de cómo debería evolucionar la temperatura de la Tierra, llamados modelos de circulación general.

Existen modelos igual de válidos que prueban lo contrario; que la gran parte del aumento de temperatura de la Tierra se explica por fenómenos naturales, no humanos. Hasta la fecha, no hay evidencia que permita elegir un modelo por sobre el otro, aseguran los científicos firmantes.

“La responsabilidad antropogénica del cambio climático observado en el último siglo es, por lo tanto, excesivamente exagerada y los pronósticos catastróficos no son realistas”, concluyen.

  

Modelo Natural del Clima
El clima es el sistema más complejo de la Tierra, por lo que se deben abordar con métodos apropiados que se adapten a su nivel de complejidad. Los modelos de simulación del clima que promueve la ONU no reproducen la variabilidad natural del clima y, en particular, no reconstituyen los períodos cálidos de los últimos 10.000 años, lo cual, según los firmantes, lleva a errores significativos.

Cuando se agregan estos parámetros a los modelos, se descubre que los calentamientos se han repetido cada mil años. Por ejemplo, existe el período cálido medieval, alrededor del año 800, cuando la temperatura era 2°C arriba de la temperatura promedio, en una época donde no existían procesos industriales que liberaran gases contaminantes.

También ocurrió lo mismo durante el período cálido romano, entre el 250 a.C y el 400 d.C., cuando la temperatura subió 0,6 °C; el período cálido minoico, entre los años 1.500 y 1.200 años a.C., con una anomalía climática de +1,2 ºC.; y el llamado Holoceno Climático, hace 8.000 años.

Estos períodos del pasado ​​fueron más cálidos que el actual, con la concentración de CO2 más baja que la actual; y nadie niega los fenómenos climáticos detrás suyo. Sin embargo, los modelos de circulación general fallan en reproducir estos ciclos, por lo que es un error usarlos para tomar medidas con un impacto tan fuerte en la vida de las personas, según los científicos italianos.

  

Hay mucha evidencia que indica que el calentamiento global actual es parte de un ciclo cálido como los otros, ya que las anomalías de temperatura comenzaron, de hecho, en el 1700, es decir, en el punto menor de la Pequeña Edad de Hielo, que es el período más frío de los últimos 10.000 años, y corresponde a un mínimo milenario de actividad solar que los astrofísicos llaman mínimo solar de Maunder. La actividad solar es también un punto crucial que determina los períodos cálidos o polares de la Tierra.

De hecho, los modelos del “consenso del cambio climático”, no logran reproducir las oscilaciones climáticas bien conocidas dentro de este período cálido que se está viviendo. Hubo un primer subperíodo de calentamiento fuerte (1850-1880) seguido de uno de enfriamiento (1880-1910), a pesar de que en el medio estalló la Revolución Industrial y el efecto antropológico debería haber sido determinante.

Posteriormente hubo otro subperíodo de calentamiento (1910-1940), y otro subperíodo de enfriamiento (1940-70) y uno nuevo de calentamiento (1970-2000), que parece haberse estabilizado, ya que los años siguientes (2000-2021) no vieron el aumento predicho por los modelos, de aproximadamente 0,2° C por década, sino una clara estabilidad climática interrumpida esporádicamente por las rápidas oscilaciones naturales del Océano Pacífico ecuatorial, denominadas El Niño Southern Oscillation (ENOS), como la que provocó el calentamiento temporal en 2015 y 2016.

Así pues, es científicamente irrealista atribuirle al hombre la responsabilidad del calentamiento observado desde 1900 hasta la actualidad, y mucho menos el calentamiento más general desde el año 1700s. Las predicciones alarmistas por lo tanto no son creíbles, ya que se basan en modelos cuyos resultados están en contradicción con los datos observados.

  

REDACTORES DE LA CARTA

Uberto Crescenti, profesor emérito de geología aplicada, Università G. D’Annunzio, Chieti-Pescara, ex Rectore magnifique et Président de la Société italienne de géologie.
Giuliano Panza, profesor de sismología de la Universidad de Trieste, académico de Lincei y de la Academia Nacional de Ciencias, conocido como el XL, Premio Internacional 2018 de la Unión Americana de Geofísica.
Alberto Prestininzi,profesor de geología aplicada, Universidad de La Sapienza, Roma, ex editor científico jefe de la Revista Internacional IJEGE y director del Centro de Investigación sobre Predicción y Control de Riesgos Geológicos.
Franco Prodi, profesor de física atmosférica, Universidad de Ferrara.
Franco Battaglia, profesor de química física, Universidad de Módena; Movimento Galileo 2001.
Mario Giaccio,profesor de tecnología y economía de las fuentes de energía, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara, ex decano de la Facultad de Economía.
Enrico Miccadei, profesor de Geografía, Física y Geomorfología, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Nicola Scafetta, profesora de física atmosférica y oceanografía, Universidad Frederico II de Nápoles

FIRMAS 

Antonino Zichichi, profesor emérito de Física, Universidad de Bolonia, fundador y presidente del Centro Ettore Majorana para la Cultura Científica en Erice.
Renato Angelo Ricci, profesor emérito de física de la Universidad de Padua, ex presidente de la Sociedad Italiana de Física y de la Sociedad Europea de Física; Movimiento Galileo 2001.
Aurelio Misiti, profesor de Salud-Ingeniería Ambiental, Universidad La Sapienza, Roma.
Antonio Brambati, profesor de sedimentología, Universidad de Trieste, director del proyecto Paleoclima-mare de PNRA, ex presidente de la Comisión Nacional de Oceanografía.
Cesare Barbieri, Profesor Emérito de Astronomía, Universidad de Padua.
Sergio Bartalucci, Físico, Presidente de la Asociación Científica y Tecnológica de Ricerca Italiana.
Antonio Bianchini, profesor de astronomía, Universidad de Padua.
Paolo Bonifazi, ex director del Instituto Interplanetario de Física Espacial, Instituto Nacional de Astrofísica.
Francesca Bozzano, profesora de Geología Aplicada, Universidad Sapienza de Roma, Directora del Centro de Investigación CERI.
Marcello Buccolini, profesor de geomorfología, Universidad de G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Paolo Budetta, profesor de geología aplicada, Universidad de Nápoles.
Monia Calista, Investigadora en Geología Aplicada, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Giovanni Carboni, profesor de física, Universidad Tor Vergata, Roma; Movimiento Galileo 2001.
Franco Casali, profesor de física, Universidad de Bolonia y Academia de Ciencias de Bolonia.
Giuliano Ceradelli, ingeniero y climatólogo, ALDAI.
Domenico Corradini, profesor de geología histórica, Universidad de Módena.
Fulvio Crisciani, profesor de dinámica de fluidos geofísicos, Universidad de Trieste e Instituto de Ciencias Marinas, CNR, Trieste.
Carlo Esposito, Profesor de Teledetección, Universidad La Sapienza, Roma.
Mario Floris, profesor de Teledetección, Universidad de Padua.
Gianni Fochi, químico, Scuola Normale Superiore de Pisa; periodista científico.
Mario Gaeta, profesor de volcanología, Universidad de La Sapienza, Roma.
Giuseppe Gambolati, miembro de la  American Geophysica Union, profesor de métodos numéricos, Universidad de Padua.
Rinaldo Genevois, profesor de geología aplicada, Universidad de Padua.
Carlo Lombardi, profesor de Plantas Nucleares, Politécnica de Milán.
Luigi Marino, Geólogo, Centro de Investigación de Control y Predicción de Riesgos Geológicos, Universidad La Sapienza, Roma.
Salvatore Martino, profesor de Microzonación Sísmica, Universidad La Sapienza, Roma.
Paolo Mazzanti, profesor de interferometría satelital, Universidad de La Sapienza, Roma.
Adriano Mazzarella, profesor de meteorología y climatología, Universidad de Nápoles.
Carlo Merli, profesor de Tecnologías Ambientales, Universidad La Sapienza, Roma.
Alberto Mirandola, profesor de Energética Aplicada y presidente del Doctorado en Energética de la Universidad de Padua.
Renzo Mosetti, profesor de oceanografía, Universidad de Trieste, ex director del Departamento de Oceanografía, Istituto OGS, Trieste.
Daniela Novembre, investigadora en Geo-recursos mineros y aplicaciones mineralógicas y petrográficas, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Sergio Ortolani, profesor de Astronomía y Astrofísica, Universidad de Padua.
Antonio Pasculli, Investigador de Geología Aplicada, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Ernesto Pedrocchi, Profesor Emérito de Energía, Politécnico de Milán.
Tommaso Piacentini, profesor de Geografía Física y Geomorfología, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Guido Possa, ingeniero nuclear, ex viceministro Miur.
Mario Luigi Rainone, profesor de geología aplicada, Universidad de Chieti-Pescara.
Francesca Quercia, geóloga, directora de investigación, Ispra.
Giancarlo Ruocco,  profesor de Estructura de la Materia, Universidad La Sapienza, Roma.
Sergio Rusi, profesor de hidrogeología, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Massimo Salleolini, profesor de hidrogeología aplicada e hidrología ambiental, Universidad de Siena.
Emanuele Scalcione, Jefe del Servicio Regional de Agrometeorología de Alsia, Basilicata.
Nicola Sciarra, profesora de geología aplicada, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Leonello Serva, geólogo, director de servicios geológicos de Italia; Movimiento Galileo 2001.
Luigi Stedile, geólogo, Centro de Investigación de Control y Control de Riesgos Geológicos, Universidad de La Sapienza, Roma.
Giorgio Trenta, físico y médico, presidente emérito de la Asociación Italiana de Protección de Radiación Médica; Movimiento Galileo 2001.
Gianluca Valenzise, Directora de Investigación, Instituto Nacional de Geofísica y Volcanología, Roma.
Corrado Venturini, profesor de geología estructural, Universidad de Bolonia.
Franco Zavatti, investigador de astronomía, Universidad de Bolonia.
Achille Balduzzi, geólogo, Agip-Eni.
Claudio Borri, profesor de ciencias de la construcción, Universidad de Florencia, coordinador del Doctorado Internacional en Ingeniería Civil.
Pino Cippitelli, geólogo Agip-Eni.
Franco Di Cesare, Ejecutivo, Agip-Eni.
Serena Doria, Investigadora de Probabilidad y Estadística Matemática, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Enzo Siviero,  profesor de Ponti, Universidad de Venecia, Rector de la Universidad e-Campus.
Pietro Agostini, Ingeniero, Asociación de Científicos y Tecnolgi para la Investigación Italiana.
Donato Barone, ingeniero.
Roberto Bonucchi, maestro.
Gianfranco Brignoli, geólogo.
Alessandro Chiaudani, Doctor en Agricultura, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Antonio Clemente, Investigador en Planificación Urbana, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Luigi Fressoia, arquitecto urbano, Perugia.
Sabino Gallo, ingeniero nuclear.
Daniela Giannessi, primera investigadora, Ipcf-Cnr, Pisa.
Roberto Grassi, ingeniero, director de G&G, Roma.
Alberto Lagi, Ingeniero, Presidente de Restauración de Plantas Complejas Dañadas.
Luciano Lepori, investigador del Ipcf-Cnr, Pisa.
Roberto Madrigali, Metereologo.
Ludovica Manusardi, física nuclear y periodista científica, Ugis.
Maria Massullo, Tecnologia, Enea-Casaccia, Roma.
Enrico Matteoli, Primer Investigador, Ipcf-Cnr, Pisa.
Gabriella Mincione, profesora de ciencias y técnicas de medicina de laboratorio, Universidad G. D’Annunzio, Chieti-Pescara.
Massimo Pallotta, primer tecnólogo, Instituto Nacional de Física Nuclear.
Enzo Pennetta, profesor de ciencias naturales y divulgador científico.
Nunzia Radatti, química, Sogin.
Vincenzo Romanello, Ingeniero Nuclear, Centro de Investigación, Rez, República Checa.
Alberto Rota, ingeniero, investigador en Cise y Enel.
Massimo Sepielli, Director de Investigación, Enea, Roma.
Ugo Spezia, Ingeniero, Gerente de Seguridad Industrial, Sogin; Movimiento Galileo 2001.
Emilio Stefani, profesor de fitopatología, Universidad de Módena.
Umberto Tirelli, científico superior visitante, Istituto Tumori d’Aviano; Movimiento Galileo 2001.
Roberto Vacca, ingeniero y escritor científico.

La Derecha Diario

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