Relación bilateral México-USA, por Anne Sophie Cominu-Bertein Salazar

Al igual que el resto de los países en Latinoamérica, México no pudo escapar de la hegemonía estadounidense, en donde dada la cercanía de México y Estados Unidos, resultaba crucial para la agenda americana la firma de acuerdos de cooperación política y militar.

Opinión 31/05/2022 Editor Editor

El 23 de diciembre de 1942 se firmó en Washington un tratado comercial entre México y Estados Unidos. Sus finalidades fueron, principalmente, “facilitar el intercambio entre México y los Estados Unidos en tanto la guerra mundial continuase y, en esta misma línea, evitar el comercio de México con los países del Eje y constituir la base para extender el comercio bilateral tras la resolución del conflicto internacional”. Este acuerdo fue considerado en México como una vía para promover la industrialización, el crecimiento y el desarrollo del país.

Dicho intercambio bilateral fue creciendo tanto a tal grado, que entre 1941 y 1942, el 91% de las exportaciones de México iban a Estados Unidos[1]. De esta manera, la economía mexicana dependía casi totalmente de su vecino Estados Unidos. El oponerse de manera tajante a Estados Unidos y su voto para la expulsión de Cuba de la OEA pondría en riesgo la economía del país de manera catastrófica. Dada las capacidades políticas y militares de la superpotencia, México debía ser muy estratégico al externar su postura para evitar la intervención de este y mantener su soberanía.

Estados Unidos demuestra una intervención dentro de México que han tomados las siguientes formas: explotación económica, coerción política, intervención en la aplicación de las leyes, invasiones militares y explotación de los recursos naturales. Podemos decir que España conquistó a México en el pasado, pero los conquistadores modernos de la actualidad son los Estado Unidos. El hecho de que las intervenciones de los Estados Unidos en México sean frecuentes e intensas, hacen cuestionar si dichos actos no violan los principios básicos de la soberanía de los Estados.

México ha crecido bajo la sombra del vecino del norte: Estado Unidos. En realidad, parte de la explicación del fracaso de México como Estado soberano en el primer medio siglo de vida independiente, radicó precisamente en los efectos negativos que tuvo en nuestro país el agresivo éxito del vecino del norte a costa del interés nacional mexicano.

Ahora bien, para el México del siglo XXI, la centralidad de Estados Unidos en la formulación de su política exterior no solo se mantiene como una constante, sino que su importancia se ha incrementado. Otra forma de decir lo mismo es que, un México cada vez más integrado a la economía estadounidense no ha encontrado la manera y la voluntad de reformular sus estrategias para negociar el mantenimiento de su autonomía relativa.

(Anuarios estadísticos de Comercio Exterior 1941-1945, Banco Nacional de Comercio Exterior en Ojeda, Mario, alcances y límites de la política exterior de México, El Colegio de México, 2da ed., 1986, p.26.)

Hoy en día, México vive las más delicadas circunstancias que ha tenido en la historia contemporánea en su relación con Estados Unidos. En un primer tiempo, es a causa del comercio trilateral del T-MEC, después el asunto de la seguridad del país con el narcotráfico y su potencial calificación de terrorismo por parte de EU y, por último, la migración centroamericana. Los tres temas tienen para México marcadas implicaciones en materia de soberanía nacional. 


Por un lado, la contigüidad geográfica con la primera potencia militar del mundo inserta de facto a México en su perímetro de defensa y seguridad nacional, abriendo cualquier posibilidad de un ataque convencional a nuestro país, entendiendo por convencional el ataque militar de un Estado a otro. Por otro lado, la cercanía inmediata con el mercado de consumo de drogas más grande del mundo, así como el principal productor y vendedor de armas pequeñas al público en general, coloca a México en el centro de las operaciones del crimen organizado que tiene como principales negocios el tráfico de drogas y de armas.

La relación entre Estados Unidos y México es una de las más complicadas del mundo debido a diversos factores. Desde el punto de vista económico, es una interacción altamente interdependiente; es decir, ambos países dependen mutuamente debido al estrecho entrelazamiento de sus procesos productivos y a sus niveles de intercambio comercial y de inversiones. Sin embargo, esta interdependencia es altamente asimétrica debido a las grandes diferencias de desarrollo que hay entre los dos. 

En conclusión, mientras Estados Unidos es una superpotencia, México es una economía emergente con aspiraciones a convertirse en una potencia media regional. Para México, la interacción con Estados Unidos es la prioridad número uno de su política exterior. En cambio, para Washington, el nexo con el vecino del sur es importante, pero no está en la lista de países más destacados en sus relaciones hacia el exterior. Por lo tanto, no es el mismo nivel de interés que ambos gobiernos le imprimen a su relación.

PODRÍA INTERESARTE

Lo más visto