Esta es una de las fotografías más duras de la historia

El hilo en Twitter de un restaurador de imágenes que hace reflexionar sobre un dramático período histórico de nuestra era

General 12/11/2022 Editor Editor

Esta es una de las fotografías más duras restauradas desde esta cuenta, y a su vez quizá, de las más necesarias. En ella podemos ver a dos hombres del Sonderkommando mostrando a sus liberadores como era su trabajo, pero: ¿Qué era el Sonderkommando? 

Para empezar, esta fotografía corresponde en realidad a una serie de documentos tomados por un doctor americano: Gilbert R. Di Loreto. Acompañaba a las tropas y tomó fotografías escalofriantes del interior de Dachau.

4 de ellas son las dedicadas al Sonderkommando (Comando Especial). En su día solo coloreé una. El Sonderkommando eran, efectivamente, los prisioneros encargados de trabajar en el área de exterminio de cada campo: los hornos y las famosas cámaras de gas.

Si bien no todos los campos eran de exterminio, todos contaban con un área destinada a eliminar los cadáveres. Muchos campos también contaban con (o fueron añadiendo a sus instalaciones) al menos una cámara de gas.

El trabajo del Sonderkommando no era el más duro en cuanto a trabajo físico, pero sí uno de los más duros psicológicamente hablando. Debían entrar en las cámaras de gas después de cada ejecución y llevar los cientos de cadáveres a los crematorios.

Además, al ser los prisioneros que más conocían lo que ocurría en los campos, los nazis a menudo los sustituían matando a los anteriores. Aún así, en Auschwitz, llegaron a organizarse para tomar algunas fotografías sin que los nazis se diesen cuenta.

También en Auschwitz llegaron a organizarse para llevar a cabo una revolución. Con ayuda de algunas prisioneras que trabajaban fuera, lograron robar dinamita y hacer saltar por los aires parte de uno de los crematorios.

Filip Müller fue uno de los pocos miembros del Sonderkommando que logró sobrevivir. Trabajó en Auschwitz y Auschwitz II (Birkenau), y testificó en los Juicios de Auschwitz de Frankfurt.

Los miembros del Sonderkommando relataban pequeños detalles sobre su trabajo que a día de hoy nos lo hacen ver aún más macabro de lo que ya pensábamos que era. Debían de separar los cuerpos en función de su complexión para que ardiesen mejor.

Además, según notas de Di Loreto, cada horno fue diseñado para un solo cuerpo. Sin embargo según se iban acumulando, llegaron a meter hasta 4 por vez.

En teoría los edificios contaban con un área donde se dejaban los cuerpos antes de ser incinerados. Sin embargo la acumulación provocaba que muchas veces se acumulasen fuera. Otra foto sacada por el Sonderkommando a escondidas:

Es el motivo por el que, a la llegada de los liberadores, vieron estampas como esta. Sencillamente no daban a basto. En Treblinka, campo exclusivamente de exterminio, además de los hornos tenían pilas crematorias. Hacían un hoyo y quemaban los cuerpos al aire libre.

Para hacernos una idea. En Auschwitz, en los a penas 4 años y medio de operatividad del campo, llegaron a ser asesinadas 1.100.000 personas. En Treblinka, abierto unos 3 años, masacraron a 800.000 prisioneros.
 
Otros campos que no eran de exterminio llegaron a alcanzar también cifras escalofriantes. En Bergen Belsen, que no tenía cámaras de gas, llegaron a morir 50.000 personas en sus no más de 2 años de operatividad, muchas de ellas por epidemias derivadas de las condiciones de vida.

Fuente: Twitter @RestaurandoDign

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