"Pasé 30 años buscando el secreto de la felicidad y lo que encontré no era lo que pensaba"

En un impactante relato personal, Fergal Keane reflexiona sobre la convivencia con el trastorno de estrés postraumático, la depresión y su búsqueda del equilibrio en la vida. Lo que descubrió por el camino es un estudio más profundo de la felicidad que puede aplicarse a quienes padecen graves problemas de salud mental, pero también a quienes simplemente necesitan un empujón. Este es su testimonio.

17/02/2025EditorEditor

Pasé 30 años buscando el secreto de la felicidad y lo que encontré no era lo que pensaba
Por Fergal Keane, Corresponsal Especial de la BBC

En un impactante relato personal, Fergal Keane reflexiona sobre su experiencia con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), la depresión y su incansable búsqueda del equilibrio emocional. Lo que descubrió en su viaje es un enfoque más profundo de la felicidad, aplicable tanto a quienes padecen graves problemas de salud mental como a aquellos que simplemente buscan un poco de bienestar en su vida cotidiana.

Un instante de claridad
Hace casi dos años, experimenté un momento de cambio profundo. Caminaba por la playa de Curragh, en Irlanda, un refugio que había frecuentado desde mi infancia. Junto a un ser querido, nos detuvimos en la desembocadura de un río que fluía hacia la bahía de Ardmore.

El sonido del agua en distintas formas—la corriente rápida del río, las olas rompiendo en la orilla—llenaba el ambiente. De repente, una bandada de gansos irrumpió en la escena, elevándose con el viento. En ese instante, una ligereza interior me invadió y me llenó de gratitud. Me reí a carcajadas. "Así que esto es lo que se siente", pensé. Tomando prestadas las palabras de Milan Kundera, sentí una maravillosa "levedad del ser".

Enfrentando la realidad
Poco antes de ese día en la playa, había salido de un colapso emocional. Era marzo de 2023 y me sentía como si hubiera disputado doce rounds con un boxeador de peso pesado. Pero con quien realmente había luchado era conmigo mismo, como lo había hecho durante décadas.

Desde los años 90, pasé por varias hospitalizaciones, enfrentando la vergüenza, el miedo, la ira y la negación: todo lo opuesto a la felicidad. Días grises y aterradores, noches de insomnio y pesadillas eran mi realidad constante. Sumado a esto, tuve que superar una adicción al alcohol a finales de los 90. La batalla contra la oscuridad era diaria.

En 2019, dejé mi trabajo como editor de África de la BBC debido a mis problemas con el TEPT. Escribí un libro y realicé un documental sobre el tema, pero aun así, en 2023 sufrí otra crisis nerviosa.

Comprendiendo la felicidad
El profesor Bruce Hood, de la Universidad de Bristol, explica que las personas tienden a exagerar sus defectos o insuficiencias, interpretando la realidad de forma negativa. Según él, la felicidad no es un estado constante ni un destino final, sino un equilibrio. Aunque su investigación se centra en el bienestar general y no en enfermedades como el TEPT, sus palabras resuenan en mi experiencia.

Fui diagnosticado con TEPT en 2008, debido a traumas acumulados en mi carrera como reportero de guerra y a una infancia marcada por el alcoholismo familiar. La depresión y la ansiedad eran parte de mi trastorno, al igual que la adicción. Me refugié en la adrenalina del trabajo y la camaradería de los corresponsales, pero no fue suficiente.

He sido afortunado de acceder a tratamientos especializados, combinando terapia, medicación y el apoyo de otros que han pasado por experiencias similares. Pero también reconozco que muchas personas no tienen esa posibilidad. Factores sociales, económicos y culturales influyen en nuestra capacidad de experimentar felicidad, y la predisposición genética a la depresión también es un factor en estudio.

"No hay secreto"
Tras años de terapia y hospitalizaciones, esperando una cura definitiva, llegué a una conclusión inesperada: el secreto de la felicidad es que no hay ningún secreto. La felicidad no es un estado permanente, sino momentos fugaces que podemos reconocer y valorar.

La psicoterapeuta Whitney Goodman, autora de Positividad tóxica: cómo abrazar todas las emociones en un mundo obsesionado por la felicidad, sostiene que "cualquiera que te diga que puedes ser feliz todo el tiempo te está vendiendo aceite de serpiente". No existe una receta mágica. La clave está en aceptar todas las emociones y no obsesionarnos con la idea de la felicidad absoluta.

Para mí, la verdadera transformación llegó con el trabajo. No el trabajo que me llevaba al agotamiento persiguiendo primicias y premios, sino el trabajo de la verdadera felicidad: cultivar relaciones significativas, ser consciente de la belleza a mi alrededor y vivir con integridad.

Un nuevo comienzo
En 2023, tras otra crisis, encontré una nueva forma de vivir. Dejé de buscar una solución definitiva y comencé a valorar los pequeños momentos. Sentí gratitud por la familia, por la naturaleza, por la simpleza de estar presente.

Hoy, mi definición de felicidad ha cambiado. No se trata de un estado constante, sino de momentos que aparecen cuando menos los esperas: en el sonido de un río, en el vuelo de una bandada de gansos, en la risa espontánea.

Y lo más importante: aprendí que la felicidad no es un destino, sino un viaje.

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