Un restaurante diferenció los baños de hombres y mujeres con una leyenda que generó un escándalo

Días atrás, Federico Arreola escribió un artículo en el que contó que fue a desayunar a un bar ubicado en Lomas de Chapultepec, una zona residencial del D.F., y cuando se dirigió al baño se llevó una sorpresa que lo ofuscó por su tono machista. El enojo del periodista mexicano residió en que advirtió que en la inscripción de cada una de las puertas había una clara diferenciación para designar a las mujeres respecto de los hombres.

“Desayuné ayer en el restaurante Casa Ó ubicado en la colonia Lomas de Chapultepec de la Ciudad de México. Tuve necesidad de ir al baño y me pareció lamentable lo que vi”, escribió Arriola en su columna publicada en SDPNoticias. Debajo del texto, mostró la imagen con ambas leyendas: mientras que en el correspondiente a los hombres decía “Bla”, el de las mujeres repetía la misma onomatopeya decenas de veces, como en clara referencia a una supuesta verborragia femenina.

“Es decir, las mujeres son parlanchinas; los hombres, discretos. No mamen, señores machitos del restaurante Casa Ó”, continuó en su descargo. Asimismo, en otro pasaje de su texto, el joven reflexionó: “Los estereotipos de género no son poca cosa, ya que propician la desigualdad e instalan patrones que siguen reafirmando el machismo”.

El periodista también contó que al salir del bar le comentó a su amigo las sensaciones que experimentó tras ver las inscripciones de los baños, aunque él las minimizó. Entonces, no conforme con esa respuesta, luego consultó con dos especialistas en feminismo sobre la decoración que suscitó la polémica.

Un periodista mexicano escribió un artículo en el que expresó su indignación tras haber ido a un restaurante, cuyos baños de hombres y mujeres tenían letreros diferentes. Fuente: Sdpnoticias

“Coincidieron en que fomentar ideas erróneas sobre las mujeres y sus capacidades nada tiene de gracioso, ya que ningún estereotipo lo es. Todo lo contrario, se acepte o no, promueve la violencia de género, que en principio solo puede ser la de un mal chiste, pero que si se tolera -como se ha tolerado- lleva al femicidio”, explicó Arreola.

A continuación, el periodista incluyó una imagen en la que se expresaba la definición de micromachismo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Son pequeños gestos sexistas o machistas, algunos de ellos muy sutiles, que ayudan a perpetuar roles de género, machismo, violencia suavizada contra las mujeres”, añadió el joven mexicano.

“No llamaba la atención en los setenta que los medios difundieran anuncios comerciales con frases como sea mujer para que su marido le compre una lavadora. Desde hace algunos años las cosas son distintas. Las personas conscientes ya no toleran la publicidad machista”, reflexionó Arreola.

En ese sentido, recordó que en 2014 hubo una petición de change.org que obligó a la Cervecería Cuauhtémoc a retirar una campaña publicitaria basada en estereotipos de género. “Sin duda ofendían a las mujeres los anuncios que terminaban con estas palabras: ´Es fácil ser hombre. Tecate por ti´. La creatividad machista la aportó la agencia Olabuenaga”, dijo.

“Espero que entiendan su error quienes administran el restaurante Casa Ó, en el que no volveré a desayunar”, aseguró Arreola. Y concluyó con un párrafo un tanto más irónico respecto de su opinión sobre el restaurante. “¿La calidad de los chilaquiles en Casa Ó? Regular. ¿La papaya? No le agradó a mi acompañante, un culto y respetado hombre relacionado con los negocios y la vida comunitaria. ¿El café? Pésimo. ¿El servicio? Excelente”, cerró el periodista.

LA NACION

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