El brutal parricidio que los hermanos Menéndez cometieron en Beverly Hills y que retrata la nueva temporada de la serie "Monstruos" de Netflix

Netflix acaba de estrenar la serie "Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez", que narra el caso de los hermanos Menéndez, condenados a cadena perpetua por el brutal asesinato de sus padres, ocurrido en 1989 en el lujoso barrio de Beverly Hills, en Los Ángeles.

23/09/2024EditorEditor

Una noche calurosa de verano en 1989, el lujoso barrio de Beverly Hills se convirtió en el escenario de un crimen que conmocionaría a todo Estados Unidos. El 20 de marzo, la mansión de los Menéndez fue testigo de un brutal asesinato, y la historia de sus dueños, José y Kitty Menéndez, llegó a su fin de la manera más despiadada. Nadie podía imaginar que los autores del crimen serían sus propios hijos, Lyle y Erik Menéndez.

José Menéndez, un exitoso y temido ejecutivo musical de origen cubano, y su esposa Kitty, parecían vivir el sueño americano en su máximo esplendor. Fama, fortuna y una familia que, desde fuera, lucía perfecta. Sin embargo, tras esa fachada de opulencia y lujo, se escondía un hogar desgarrado por secretos oscuros, silencios inquietantes y tormentos que acabarían desencadenando una tragedia.

Aquella fatídica noche, Lyle y Erik irrumpieron en la sala de la mansión, armados con escopetas. Los disparos resonaron en el silencio de la madrugada. Sus padres fueron abatidos sin piedad. Horas después, los hermanos llamaron a la policía, fingiendo sorpresa y horror por lo que acababan de encontrar. El relato de los hijos fue, en un principio, convincente: los detectives asumieron que los Menéndez habían sido víctimas de un violento robo.

Sin embargo, mientras la investigación avanzaba, algo no cuadraba. En lugar de mostrar el dolor y la tristeza que cabría esperar de dos jóvenes que acababan de perder a sus padres, Lyle y Erik comenzaron a derrochar la herencia con una velocidad alarmante. Coches deportivos, relojes de lujo y una vida de excesos que no pasaron desapercibidos. ¿Cómo era posible que se recuperaran tan rápido de una tragedia tan devastadora?

El caso dio un giro inesperado cuando Erik, incapaz de soportar la carga de la culpa, confesó el crimen a su psicólogo. Esa revelación desencadenó una ola de interrogantes y llevó a los hermanos al centro de un juicio que pronto se convirtió en un espectáculo mediático. En el estrado, Lyle y Erik contaron una historia aterradora: su padre no era el hombre respetable que todos creían, sino un abusador que los sometió a años de tormentos y abusos sexuales, mientras su madre, consumida por la pasividad y el alcohol, permanecía en silencio.

Las desgarradoras declaraciones dividieron a la opinión pública. ¿Eran Lyle y Erik víctimas que actuaron por desesperación o asesinos fríos que ejecutaron a sus padres para quedarse con la fortuna familiar? El juicio, transmitido en televisión, paralizó al país. Los testimonios eran devastadores, los detalles, insoportables. Y a medida que se desarrollaba el proceso, quedó claro que los Menéndez no eran la familia perfecta que todos imaginaban.

Sin embargo, el sistema judicial tenía una agenda clara. En el segundo juicio, las cámaras fueron apagadas, y los relatos sobre los abusos quedaron excluidos. Los hermanos fueron condenados a cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional. Era un veredicto que no dejaba margen para la duda: Lyle y Erik pagarían con el resto de sus vidas.

La historia de los Menéndez, sin embargo, no terminó ahí. Décadas después, en 2023, nuevas revelaciones arrojarían una luz diferente sobre el caso. Roy Rosselló, exintegrante del famoso grupo Menudo, confesó que también había sido víctima de José Menéndez durante su adolescencia, dando credibilidad a las acusaciones de abuso hechas por los hermanos. La revelación abrió un nuevo capítulo en un caso que el país había dejado de lado, planteando la pregunta: ¿realmente Lyle y Erik fueron monstruos, o simplemente jóvenes que no encontraron otra salida a su pesadilla?

Hoy, la historia de los Menéndez sigue viva, esperando que la verdad –esa verdad que tantas veces fue ignorada– finalmente salga a la luz. En un giro de ironía, la misma sociedad que condenó a Lyle y Erik ahora se encuentra frente a un espejo que refleja una realidad mucho más compleja y perturbadora. La nueva serie documental de Netflix promete volver a poner en primer plano este caso, recordándonos que, a veces, los monstruos que acechan no son los que empuñan el arma, sino los que crecen en las sombras de un hogar que, a simple vista, parecía perfecto.

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