El sorprendente hallazgo sobre los perros de Chernobyl que desafía la ciencia

Después del desastre nuclear, estos animales sobrevivieron en condiciones adversas. Científicos descubrieron cómo el accidente influenció su genética

20/12/2024EditorEditor

Los supervivientes de la zona prohibida
El desastre nuclear de Chernobyl en 1986 dejó profundas cicatrices en el ecosistema y en las comunidades humanas cercanas. Mientras la zona de exclusión permanece inhabitada por humanos, un grupo inesperado de sobrevivientes ha capturado la atención de los científicos: los perros asilvestrados que habitan este entorno hostil.

Un reciente estudio publicado en Science Advances por investigadores de la Universidad de Carolina del Sur y el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano revela cómo las condiciones extremas del área han influido en la genética de estos animales. Este hallazgo no solo desafía las expectativas sobre la vida en áreas radiactivas, sino que también podría abrir puertas a investigaciones sobre la radiación y su impacto en otros organismos, incluidos los humanos.

ADN que cuenta una historia de adaptación
El estudio analizó el ADN de 302 perros que habitan distintos puntos de la zona de exclusión de Chernobyl, desde áreas cercanas al reactor hasta localidades más alejadas, como Slavutych. Los resultados revelaron que los perros que viven cerca de la central presentan diferencias genéticas significativas respecto a los de áreas menos contaminadas, evidenciando un proceso de adaptación evolutiva único.

Graham Peaslee, coautor del estudio, explicó que estas variaciones genéticas podrían ser consecuencia directa de la exposición prolongada a niveles altos de radiación, combinados con las duras condiciones ambientales. Mutaciones similares ya han sido observadas en ranas de la zona, que han desarrollado piel más oscura como protección contra los efectos de la radiación.

La herencia de un pasado doméstico
Sorprendentemente, el estudio encontró que muchos de estos perros comparten ancestros con pastores alemanes, una de las razas más comunes en la región antes de la evacuación. Aunque han pasado casi cuatro décadas desde el desastre, los investigadores identificaron hasta 15 grupos familiares distintos, lo que demuestra que estas poblaciones han logrado mantener una estructura social y genética estable, incluso en un ambiente adverso.

Implicaciones más allá de Chernobyl
Los descubrimientos van más allá del ámbito de la biología canina. Los científicos creen que el estudio de estos perros podría ofrecer información valiosa sobre los efectos de la radiación en el espacio, donde los astronautas enfrentan riesgos similares. Según los investigadores, entender cómo los organismos desarrollan mecanismos de resistencia a la radiación podría contribuir a proteger la salud de los humanos en misiones espaciales de larga duración.

Un legado de resiliencia
Los perros de Chernobyl son un recordatorio de la capacidad de la vida para adaptarse y prosperar en circunstancias extremas. Aunque su entorno sigue siendo un testimonio sombrío de las consecuencias de un desastre nuclear, su supervivencia y evolución destacan el poder de la naturaleza para encontrar caminos inesperados hacia la resiliencia.

Este estudio no solo arroja luz sobre el impacto genético de la radiación, sino que también abre nuevas perspectivas sobre cómo la ciencia puede aprender de estas adaptaciones para enfrentar desafíos futuros en la Tierra y más allá.

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