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Tras un grave accidente, la mente del doctor Pier Piccioni quedó estancada. Sin recuerdos de los años transcurridos, se enfrentó a un mundo que no reconocía.
30/06/2025Cuando el doctor Pierdante Piccioni abrió los ojos en una cama de hospital, no imaginó que había despertado en el futuro. En su mente, era aún el 25 de octubre de 2001. Pero para el resto del mundo, ya era 2013. En tan solo seis horas de coma, había perdido doce años de su vida.
“Me preguntaron qué día era. Respondí: ‘25 de octubre de 2001’. Lo dije convencido. Solo después entendí la incredulidad en sus ojos”, recuerda Piccioni, jefe de urgencias en el norte de Italia antes de sufrir un grave accidente automovilístico.
El tiempo, tal como él lo conocía, se había evaporado. Su esposa envejecida, sus hijos convertidos en adultos y un mundo que avanzó sin él —con redes sociales, smartphones e internet— lo sumieron en una confusión dolorosa y existencial.
De médico a paciente (y de padre a desconocido)
“Me enamoré del trasero de mi esposa sin saber que era mi esposa”, dice con humor Piccioni, quien confiesa haber sentido que traicionaba a su mujer... con ella misma. Su relación con los hijos fue más compleja: los niños que él recordaba se habían transformado en adultos con novias. “Pasé de contarles cuentos a pensar en condones.”
El cambio de vida fue abrumador. “Era como un extranjero en un mundo que no entendía. Me sentí solo, incluso pensé en suicidarme.” Perdió su trabajo, no podía reconocerse en el espejo y descubrió que había perdido algo más que el tiempo: había perdido la versión de sí mismo que alguna vez fue.
El “Príncipe Bastardo”
Entre las preguntas que lo atormentaban, una en especial lo obsesionaba: “¿Qué clase de hombre era yo?”. La respuesta lo golpeó con dureza. Colegas y amigos le contaron que como jefe de urgencias se había convertido en una figura temida y dura. Su apodo: “El Príncipe Bastardo”.
Piccioni decidió entonces leerse a sí mismo. Revisó más de 76.000 correos electrónicos de su pasado para reconstruir su identidad. Descubrió a un hombre brillante, pero severo, adicto al trabajo, desconectado de su familia. “Fue devastador. No reconocía a esa persona, pero era yo.”
Volver a amar y a ejercer
Con ayuda psicológica, apoyo familiar y una voluntad feroz, Pierdante reconstruyó su vida. Reaprendió medicina, pasó 63 pruebas para volver a ejercer y cambió de rumbo: ahora trabaja con pacientes mayores, muchos con pérdida de memoria. “Soy más empático. Antes hablaba. Ahora escucho.”
Volvió a enamorarse de su esposa y construyó nuevas memorias con sus hijos. “No pude recuperar mis recuerdos, pero sí la posibilidad de crear otros.”
Un caso único, una historia universal
Su experiencia fue tan extraordinaria que inspiró el libro Meno Dodici y la exitosa serie italiana Doc-Nelle tue mani, además de una adaptación internacional por parte de Fox. La historia de un hombre que perdió el pasado, pero encontró una mejor versión de sí mismo, conmovió a millones.
Hoy, Piccioni sigue sin recordar esos doce años, pero aprendió a mirar hacia adelante. “Si querés vivir, no podés seguir pensando en el pasado, sino en el futuro”, afirma. Y aunque dice sentirse de 53 al despertar y recordar que tiene 65 durante el día, ha encontrado algo parecido a la felicidad.
Eso sí, hay un cambio del mundo moderno que todavía no puede aceptar: el precio del espresso macchiato.
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