El crudo relato de la mujer a la que se le apagó el cuerpo mientras trotaba: “Quedé cuadripléjica en unas horas”

En 2020, Belén Domizio padeció mielitis transversa, una inflamación de la médula que la paralizó en forma total. Con fuerza física y de espíritu, asegura que superó los pronósticos médicos y acaba de publicar “El Camino de las Magnolias”, una novela autobiográfica

17/12/2024EditorEditor

La vida de Belén Domizio, veterinaria mendocina, cambió en cuestión de horas aquel 17 de noviembre de 2020. Lo que comenzó como una simple mañana de trote habitual terminó en una parálisis total de su cuerpo, producto de una mielitis transversa, una inflamación de la médula espinal que, en su caso, le arrebató toda movilidad. Hoy, cuatro años después, no solo ha superado los pronósticos médicos, sino que ha plasmado su historia en una novela autobiográfica, El Camino de las Magnolias.

El día que el cuerpo dejó de responder
Como tantas otras veces, Belén salió a correr por las calles de su ciudad. Sin embargo, sintió un dolor agudo en el pecho. “Pensé que era un infarto, o quizás una secuela del COVID que había tenido poco tiempo antes”, recuerda. Lo que comenzó con un aviso impreciso escaló rápidamente: primero se adormecieron sus manos, luego sus piernas y, finalmente, en apenas dos horas, Belén quedó cuadripléjica.

La atención médica inicial fue un desafío adicional. “En el hospital subestimaron mi situación. Me dijeron que era un ataque de pánico, que estaba estresada por la dieta. Recién al día siguiente me hicieron una resonancia y confirmaron la lesión en mi médula cervical”, relata.

La parálisis seguía avanzando y la desesperación crecía. Fue entonces cuando apareció “un ángel”, como ella describe a un enfermero que, guiado por su intuición, le administró corticoides. Aquella decisión detuvo el avance de la inflamación y, posiblemente, le salvó la vida.

El proceso de reconstrucción
Belén estuvo más de un mes internada, diez días de ellos en terapia intensiva. Cada avance, por pequeño que fuera, se convirtió en un triunfo. “Un kinesiólogo me pidió que intentara mover el dedo gordo del pie. Lo logré y me dije: si moví uno, puedo mover el otro”.

Su rehabilitación continuó en el prestigioso Centro Fleni, en Buenos Aires, donde cada jornada era un desafío olímpico. “Era un cronograma intensivo: kinesiología, terapia, todo cronometrado”, asegura. En apenas dos meses, pudo volver a moverse por sí misma y regresar a su hogar en Mendoza.

La vida después de la tormenta
Volver a su rutina fue otro desafío. “Quería hacer una tostada y no podía. Todo lo que antes era normal, ahora era imposible”. Aun así, encontró en su trabajo como veterinaria un refugio emocional y, en la escritura, una nueva pasión.

Con un adaptador especial en sus manos, comenzó a escribir su historia en un cuaderno. Aquellas páginas se convirtieron en El Camino de las Magnolias, una novela autobiográfica donde relata no solo su batalla contra la mielitis, sino también su historia de amor con Andrés Vignoni, su actual esposo, quien estuvo a su lado en los momentos más oscuros.

Un mensaje de resiliencia
Hoy, Belén camina con independencia, aunque las secuelas persisten. “No todo se supera, pero todo se puede aceptar. La vida puede ser hermosa a pesar de lo malo”, reflexiona. Cada 17 de noviembre, el miedo a un nuevo episodio vuelve, pero también la certeza de que sobrevivió a su tormenta más oscura.

El Camino de las Magnolias no solo es un relato de supervivencia, sino una prueba de que, incluso cuando todo parece perdido, es posible reconstruirse. “Somos más fuertes de lo que creemos”, concluye Belén, con el mismo espíritu inquebrantable que la llevó a desafiar todos los pronósticos.

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