Los Whittaker, la familia americana que ha practicado el incesto por generaciones

Esta es la historia de los Whittaker, una familia americana que ha practicado el incesto por generaciones, sin importar las consecuencias.

25/10/2024EditorEditor

2004. El fotógrafo Mark Laita no se imaginaba lo que estaba a punto de ver en un terreno aparentemente abandonado en Odd, Virginia Occidental. Durante ese año, el artista había recorrido Estados Unidos capturando a las ciudadanos que integran la variopinta sociedad americana para su libro ‘Created Equal’. Frente a su cámara posaron todo tipo de personas, sin importar su raza, profesión o apariencia. Sin embargo, ninguno de los participantes en el proyecto artístico se parecía a los Whittaker, que se habían mantenido alejados de la civilización por miedo al rechazo.

Acompañado por un policía que había servido como su guía en viajes anteriores, Laita entró a los terrenos de la familia. Tan solo su presencia desató un espectáculo insólito: un hombre con notables malformaciones se acercó al auto y comenzó a ladrarles. Otras personas con deformidades se fueron acercando con actitudes hostiles. El ambiente en el lugar no podía ser más pesado. Ese era el precio que había que pagar por conocer a una familia que ha practicando el incesto por generaciones sin importarles las consecuencias.

Durante décadas, la familia Whittaker vivió en una casa arruinada donde la basura se acumulaba en ambos lados de la puerta de entrada. Su vida se limitaba a las fronteras marcadas por sus vecinos. No iban a la escuela, ni a trabajar. Tampoco se relacionaban con aquellos que vivían cerca, mucho menos con la gente de la ciudad. Estaban totalmente desconectados del exterior.

La razón detrás de su aislamiento social no podría ser más dolorosa: todos eran descendientes de una pareja de primos hermanos gemelos. Como sucede en la mayoría de las familias que practican la endogamia –como la RAE describe a la práctica de contraer matrimonio entre personas de ascendencia común, naturales de una misma localidad o comarca o de un grupo social–, los hijos del matrimonio nacieron con trastornos genéticos que se fueron agravando conforme se dieron más reproducciones entre familiares.

Si bien, algunos de los Whittaker no parecen sufrir afecciones por su origen, hay otros que no pueden valerse por sí mismos. Les es imposible sostener la mirada, caminar erguidos e incluso hablar. De hecho, muchos en la propiedad de la familia se comunican a través de ladridos o gruñidos, sorteando sus propios impedimentos mentales.

Según relató Laita al podcast Koncrete, su llegada a la casa de los Whittaker no fue bienvenida por la familia, ni por sus vecinos, que intentaban proteger a los desamparados hermanos Betty, Lorraine y Ray del acoso de los curiosos.

Al enterarse que los Whittaker estaban atravesando el duelo causado por la muerte de un familiar cercano, el fotógrafo ideó un plan para ganarse su confianza y capturarlos con su cámara: convencerlos de que un retrato familiar podía ser un buen regalo para despedir al fallecido. Así fue como el hombre tomó las primeras imágenes de una familia que se había mantenido como un penoso secreto al norte de los Estados Unidos.

La poderosa imagen de los Whittaker, donde se puede ver a tres hombres deformes, con la mirada perdida y sin la capacidad de mantener la saliva dentro de su boca, se incluyó en el libro. Este pasó sin pena ni gloria por los estantes. Lo que podría haber sido una oportunidad para presentar la vida de la familia incestuosa al mundo, quedó sepultada ante novedades editoriales y proyectos con mayor caché.

En 2020, Mark Laita regresó a Odd para sumar a los Whittaker a otro proyecto. Quería grabar un documental que mostrara el día a día de los integrantes de la familia, abordando –por supuesto– el origen de sus malformaciones. El proyecto morboso no se pudo completar debido a la poca disponibilidad de los hermanos.

A pesar de lo poco revelador del material, este se convirtió en un éxito en YouTube sumando más de 37 millones de reproducciones a la fecha. Por fin la historia de los Whittaker pudo ser conocida por el mundo y Laita intentó hacer las cosas bien en esta ocasión. Añadió un anuncio que advertía que vecinos armados y la policía del condado de Raleigh estaban preparados para actuar en caso de que alguien molestara a la familia. Además inició una campaña en GoFoundMe para reunir dinero que pudiera proveer la construcción de una nueva casa para los Whittaker. Eso fue lo último que se supo sobre el estado del colectivo originado por una relación incestuosa.

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