¿Delirio o herramienta terapéutica? Su ex marido se llevó a sus hijos y ella quedo devastada: Los reemplazó con 9 muñecas

Tras un divorcio difícil, una mujer decidió reemplazar a sus hijos , que se fueron a vivir con el papá, por muñecos hiperrealistas.

Actualidad 14/05/2021 Editor Editor

Liz Watson sufrió mucho con su divorcio: para ella, su familia ensamblada era perfecta, y le dedicaba toda su vida. Por eso cuando su marido la dejó, y se llevó a los dos hijos mayores, quedó devastada y sumida en una depresión, de la que sólo salió gracias a los muñecos hiperrealistas.

Los “reborn” son muñecos de silicona con un aspecto asombrosamente natural: parecen bebés de verdad, y su cuerpo reacciona de la misma manera que la de un recién nacido cuando se lo agarra. Para Liz fueron la solución a su s problemas de soledad y tristeza.

Tras separarse en 2010, decidió mudarse con su nuevo esposo Jeff a otra parte del país. Pero sus hijos mayores Dylan, de 15 años, y Asher, de 13, no se adaptaron y pidieron vivir con su papá. Si bien Liz comprendió sus necesidades, se sintió muy mal cuando se fueron.

“Tomar la decisión de que Dylan y Asher vivieran con su padre fue una de las decisiones más difíciles que he tomado”, dijo Liz. “Fue como dar a mis hijos en adopción. Tenía pensamientos inquietantes como, ‘¿Recordarán siquiera que pasaron la mitad de su infancia viviendo en mi casa?’ y, ‘¿Mis otros dos hijos recordarán las veces que compartimos y crecimos estando cerca de su hermano y hermana mayores?’”

Esos pensamientos se volvieron ataques de pánico y ya no podía ni dormir de noche. Hasta que recurrió a los muñecos hiperrealistas que la consolaron notablemente.

“Las muñecas realmente me reconfortan porque las relaciono con los sentimientos que tuve de ser madre de mis dos hijos mayores cuando eran pequeños”, explica. “Sé que estas muñecas no crecerán, no me las quitarán, un divorcio no afectará mi capacidad para cuidarlas. Sé que nunca me dejarán”, reflexiona.

Este pasatiempo se volvió para Liz una forma de vida, que la ayuda a salir adelante. “Aunque obviamente no es exactamente lo mismo, mis muñecas reborn me ayudan a revivir esa parte de mi vida. Tengo una habitación en mi casa configurada como una verdadera guardería e incluye una cuna, un armario, un cambiador y estanterías”, relata.

Liz le dedica la mayor parte del día a sus muñecos hiperrealistas, y hace todo con ellos. “Rara vez saco mis muñecas en público, pero lo he hecho algunas veces. La mayoría de las veces la gente ni siquiera se da cuenta de que la muñeca del asiento del automóvil no es real”, admite.

Los usuarios de las muñecas reborn forman una comunidad y se contactan por las redes para compartir sus experiencias. “Las personas que he conocido en la comunidad renacida parecen muy cariñosas, receptivas, amables y empáticas”, dice la acongojada mamá.

“Algunos tienen “reborns” para ayudarlos a sobrellevar algo difícil, como experiencias traumáticas, mientras que otros simplemente los disfrutan como una hermosa forma de arte. También están aquellos que simplemente aman las muñecas, que siempre lo han hecho y siempre lo harán. Yo encajo en estas tres categorías”, afirma.

Fuente: El confidencial

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