Michaela Coel, la mujer valiente que narró la pesadilla que le hicieron vivir

Directora, guionista y actriz, esta londinense opta a nueve ‘emmys’ con su serie ‘Podría destruirte’, basada en su trauma

Mundo 19/09/2021 Editor Editor

Por Luis Grañena

Un día de 2018, Michaela Coel, que todavía no era «Michaela Coel» en ese momento, invitó a sus amigas a ver Cosas extrañas en casa. Les hizo burritos con mucha cebolla. Cuando se sentaron a ver el programa, una polilla entró en la casa. Agarró el repelente de insectos y roció tanto por toda la casa que nadie podía respirar. Salvo ella que, en cambio, tampoco notó el olor a cebolla. Fue así como se dio cuenta de que padecía anosmia, pérdida del olfato.

Ilustración: El País

Entonces se convenció de que la falta de olfato no hacía más que agudizar sus otros sentidos. “Y, aferrándome a esa creencia, seguramente falsa, encontré una manera de afrontar la pérdida evitando sentimientos de pánico, confusión y vulnerabilidad”, explica en su ensayo. Marginados, que publicará Temas de hoy a principios de octubre. El libro es en realidad una reproducción de la conferencia que esta actriz, guionista y directora dio en el festival de televisión de Edimburgo en 2018. La clase magistral de McTaggart, que siempre había recaído en ejecutivos de televisión veteranos y estrellas de toda la vida, nunca había trascendido fuera de los confines del sector. hasta que se le confió a Coel, la primera mujer negra en tener ese honor, y antes de cumplir los 30, ahora tiene 33. Aprovechó esa larga hora para lanzar lo que una revista describió como una «granada de mano» a los presentes.

Explicó cómo había llegado desde el barrio londinense de Tower Hamlets, con una madre migrante ghanesa que la crió a ella y a su hermana solas, compaginando su trabajo de enfermera con la limpieza de casas, algo que también haría la propia Coel. Contó su traumática etapa en la escuela de teatro de élite de Guildhall. Y de paso, les contó a todos los reunidos lo que le sucedió un día cuando salió tarde de su productora, donde se había encerrado para escribir un piloto. Fue a un bar, le pusieron algo en la bebida, la violaron. Al día siguiente no recordaba nada y solo después de mucha reflexión y terapia pudo reconstruir esa noche infernal. “Ahí estaba ella, que es lo que todos queremos: una mujer joven y negra frio que también es un escritor fantástico, el Santo Grial de la televisión. Y nos decía que todo había sido una mierda para ella ”, explica uno de los presentes, el dramaturgo jefe de la BBC, Piers Wenger.

La historia de la violación es conocida por cualquiera que haya visto Podría destruirte, la serie coproducida por HBO y la BBC que apuesta por nueve Emmy al día siguiente 19, entre ellos la mejor serie de duración limitada, mejor guión y mejor actriz protagonista. “Las series experienciales, en primera persona, han sido una tendencia importante durante años, pero lo que Coel hace aquí es innovador. A menudo se compara con Fleabag, pero lo suyo es mucho más conmovedor ”, opina Víctor Sala, director del festival Serielizados. “Pone sobre la mesa casi toda la agenda feminista actual: consentimiento, violación, abuso de poder, abuso sexual, narcisismo en las redes, hermandad, amistades líquidas, aplicaciones de citas y la cultura de la cancelación”, enumera Enric Pardo, guionista y co -creador de la serie Mira lo que has hecho y entregado admirador de Coel, como el 100% de la industria audiovisual. Jac Schaeffer, que compite con ella como creadora de bruja Escarlata y Visión, dijo a Variedad: «Creo que todo lo que hace es innovador en el verdadero sentido de la palabra». De alguna manera, todo el mundo sabe que Coel juega a otro nivel.

Además de esta capacidad de trenzar, como señala Pardo, lo que separa a Coel de otros creadores contemporáneos es su postura hacia la industria. En la misma conferencia McTaggart explicó que Netflix le había ofrecido un millón de dólares por su serie, luego de transmitir su primer trabajo. Chicle, pero a cambio le pidieron que renunciara a los derechos. Coel se negó. “No tengo hipoteca, ni tarjeta de crédito, ni hijos, ni coche. Mi bicicleta me queda bien. El dinero está bien, pero prefiero la transparencia. Mis historias son mis bebés, quiero cuidarlos, por eso pedí conservar una parte de mis derechos maternos, mi derechos de autor ”. Ese gesto, que contiene cierta radicalidad, adquiere más valor cuando quien lo hace es alguien que se supone debe estar constantemente agradeciéndole por estar ahí. Coel, que sufrió intimidación en su escuela católica y tuvo una etapa de fervor evangélico en sus veinte años que ella misma satiriza en Chicle, se niega a participar en ese cliché del pobre agradecido y del eterno migrante.

“Las personas que migran no lo hacen todo el tiempo. Hay que dejar de decirle a la gente que no somos blancos como eternos recién llegados ”, afirma la periodista y escritora Lucía Mbomío, a quien la obra de Coel genera un eco especial, también por la alquimia, no siempre fluida, entre feminismo y antirracismo. “En la serie se da cuenta de que toda su vida se ha preocupado por ser negra y, como consecuencia de la violación, se da cuenta de que ella también es mujer. Muchas veces a lo largo de tu vida acabas aferrado a solo uno de los rostros que componen tu multifacética identidad, como dice Amin Maalouf. No me llamaron ‘chica de mierda’, me llamaron ‘negra de mierda’, así que llegué tarde al feminismo, como ella ”. Mbomío está inmersa en la preparación de su propia serie, está con Netflix, adaptación de su novela Hija del camino. Todos los guionistas son afrodescendientes y tienen un faro en Coel. “Me encanta que exista. Nos ayuda a todos a tener más valor en el que contar ”.

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